jueves, 31 de julio de 2008

On a day like today

Caminaba de regreso a casa. Hacía un puto frío de la chingada. Las manos entumidas, la espalda cansada pero agradecida de que ya sea fin de semana. Lo que allá sería una insufrible hora pico, acá anuncia la prematura retirada de automovilistas hacia sus casas. Probablemente a cenar pollo con papas a la francesa con salsa BBQ, o a emborracharse desde el miércoles. En unos minutos, el centro parece una ciudad fantasma. Edificios a medio iluminar que dejan ver la opulencia de un país ruralmente rico, subpoblado y con una pobre identidad colectiva. Uno no puede sino preguntarse cómo chingados vino a dar a un lugar tan lejano, tan diferente. Pero esto es lo peor, y ya está terminando. Los días se harán paulatinamente más largos. La alberca será una opción más latente con cada día que pase. Y los días de Arnel Roccofranca se antojan demasiado próximos.
Por cierto, acá ya es 31. Pero allá sigue siendo 30. Y por supuesto, no lo olvidé. Felicidades, querido Zombo. Tal vez me adelanté un poco, pero mientras tú te disponías a salir de la casa, yo ya estaba brindando en tu honor.
Son las concesiones del horario.
Un abrazo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Se te agradece enormemente, mi estimado zombo, acá bueno, me invitaron a comer y me trajeron un pastel y bueno,pues los abrazos y felicitaciones no están de más, sobre todo cuando te felicitan personas que tu siempre ignoras y que sin darte cuenta te perciben de una manera diferente, y bueno, así como en The Office, solo que yo que vendría siendo como Steve Carell dado que me burlo de todos sin excepción y de forma incesante, no tengo oficina...
Un abrazo y espero que al menos hayas brindado con una chica canguro!