miércoles, 2 de julio de 2008

Stifler dice: Fuck those fuckers!


Recuerdo que hace muchos años, tal vez cuando tenía 12 o 13, me preguntaba qué pedo con Australia, cómo era posible que fuera un país desarrollado si estaba en casa del demonio aislado del resto. Seguramente también me pasó por la mente que todo el desarrollo se debiera a los inodoros tan radicales, aunque ahora ya todos sabemos que eso es un mito. Pero lo que más me preguntaba era en qué momento se había vuelto una colonia inglesa. Para acabar pronto, si su "descubrimiento" había sido antes o después que el de América.

Definitivamente eran otros tiempos, no como ahora que cualquier duda (o al menos el 98%) se pueden despejar en unos cuantos minutos checando en internet. Ahora el gran problema es que cuando uno llega a la computadora, tantas cosas que consultar, pero al menos en mi caso me pongo a bajar discos y checar mi mail y todo se me olvida.

Bueno pues a lo que iba es que, aunque ya medio sabía, no recordaba los detalles. Pero hoy mientras tuve que leer periódicos bastante aburridos y de casi un mes de antigüedad mientras era testigo de la burocracia australiana ejecutada por burócratas mexicanos, me tropecé con un libro que hablaba un poco acerca de la historia de ese país.

Resulta que un famosón capitán Cook llegó a Australia en 1788 con los primeros colonizadores (convictos indeseables en en Reino Unido), bueno cabe mencionar que los holandeses ya habían llegado desde 1606 pero fue hasta fines del s.XVIII cuando los ingleses para variar se agandallaron la islota.

Algo que me llamó mucho la atención es que hoy en día hay una especie de fundación que reconoce a los que han rastreado a sus ancestros hasta la tripulación de esa expedición.

Jajaja, cómo cambia la percepción, ahora resulta que es un honor que el árbol genealógico incluya algún malviviente. Es casi como si uno soñara con ser un cerdo despreciable y vomitivo como los hijos de marta sahagún. Y encima de todo, presumir el apellido como de abolengo de pueblo. Qué pinche asco.

En fin, me doy cuenta de que empezaron como maleantes, y eso no ha cambiado mucho. Baste con decir que me enchufaron con AUD 450 ($4660 M.N.) por la maldita visa de estudiante. Bueno y otros 400 por el seguro médico que casualmente es obligatorio.


Sí Don Rosco, tiene usted razón. Fuck'em.
PS: sólo basta con ver al koala. Tiene cara de maldito...

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