jueves, 18 de junio de 2009

El fin, al fin

Ya casi, ya casi. Hoy fue mi penúltimo exámen. lo cual significa que muy pronto tendré el absoluto derecho de picarme la panza y esperar a que se imprima aquel codiciado papel que me certifica como master (of the universe, por supuesto). Fue una grata sorpresa, pues aunque era el examen que más me "preocupaba", siendo de economía y cubriendo algo así como 15 capítulos interminables, resultó ser mucho más accesible de lo que esperaba. Sí, definitivamente sigo pensando que la economía es pura mamada, que no describe para nada el mundo real, y que suele ser sólo un pretexto y un consuelo para los países primermundistas para explicar por qué están tan a toda madre mientras el resto del mundo está para llorar. Claro, todo lo explica la política monetaria y la cuenta corriente. Bah!!!

En fin, al menos ahora no me siento tan pendejo; incluso en algún momento podría sacar a relucir mis conocimientos de los principios Keynesianos...eso, claro está, si no los he olvidado para mañana al mediodía. Es que a las mujeres les encanta alguien interesante, con tema de conversación...

Hablando de otra cosa que tiene mucho y nada que ver, veo con frustración que justo ahora ir a Islandia es la mejor opción. Ahora sólo es muy caro (ya no prohibitivamente caro), pues justo su sistema bancario colapsó a raíz de la crisis, con lo que la corona islandesa (ISK) se devaluó más de 100 por ciento en cuestión de un par de meses. Lástima que estoy literalmente del otro lado del mundo, y que ir implicaría poco menos que vender un riñón...

Hace rato leía sobre un tipo que pensaba poner esta canción de Sigur Rós en su boda. Y después de escucharla unas cuantas veces, he quedado encantado con la idea… hasta pensé en robármela. Suponiendo, nuevamente, que i) me case, ii) que encuentre a una persona que no me cachetée cuando lo sugiera (no vaya a ser que quiera bailar timbiriche o una mierda similar, en cuyo caso YO sería el que tendría que cachetearla...), y que iii) esté dispuesta a pasar una luna de miel viendo la aurora boreal.

¿Será demasiado pedir? Probablemente sí…

Aunque teniendo el mismo rango que He-Man, todo podría pasar. Sólo el tiempo lo dirá.

martes, 9 de junio de 2009

El príncipe de los cocodrilos

Mucho pasa, aunque es difícil reencontrar el hilo de la escritura de nuevo. Me da vergüenza el ver lo poco que he escrito en épocas recientes, aunque he de decir que los pretextos se agotan pues en unas horas entregaré mi último proyecto del semestre...
Pero basta de escuela pues ya tengo suficiente con (casi) toda la gente que me rodea, obsesionada con las calificaciones y esas madres. Hay miles de cosas de las que preferiría hablar antes.
Curioso, cómo las cosas se mueven en espirales. Parecería que todo regresa a su punto de origen, aunque evidentemente en otro plano; nada es exactamente igual. Ahora casi todos los expatriados regresaron a México, y seguramente se reanudará la fase post-adolescente de todos (y la verdad qué envidia). En mi caso, ya son prácticamente once meses de estar en el exilio, y qué rápido ha pasado todo.
He descubierto una pasión oculta: la cocina. Y no, no me refiero a mi hábito de comer parado en la barra, sino al arte de cocinar. No podría estar más satisfecho con los resultados, y creo que los afortunados que han compartido mi mesa tendrán que convenir. Y cómo no, si más de una vez me he encargado de demostrar que la comida mexicana es la mejor del universo.

Por otra parte, mis greñas han ido poco a poco desapareciendo, ya estaba un poco cansado del desmadre que el pelo rizado implica; y creo que acerté pues el mullet es lo de hoy (y si no me creen sólo esperen a que estrenen la película de MacGyver). Lo único malo es que el invierno ya está oficialmente jodiendo y extraño mis orejeras naturales.

Para concluir, he de decir con tristeza que mi obsesión por llenar mi zune de música ha quedado en el olvido, en parte porque ya no me he dado el tiempo de estar bajando música. Qué tiempos aquellos de diez discos en una noche... aunque eso me ha hecho redescubrir todo lo bueno que ya tengo. Y vaya que es bastante.

Y vaya que he perdido práctica...