viernes, 27 de junio de 2008

México. Pumas. Universidad. Don Rosco.

Como ya desfalcaron parcialmente mi cuenta bancaria, me siento un poco más relajado. Es momento de narrar el día mágico que tuve apenas el martes de esta semana.

Antes de empezar, sin embargo, quisiera establecer el contexto en el que se dio lo que narraré a continuación. Resulta que para los que no sepan (y si lo saben hagan como que no leyeron), vivo muy muy cerca de la UNAM. Desde niño, prácticamente todas nuestras (mías y de mis hermanos) actividades extracurriculares tenían lugar precisamente en las instalaciones de dicha universidad. Natación, futbol, tenis de mesa, conciertos de música clásica, películas, lo que fuera.

Ahora pensando con una innegable nostalgia, lamento mucho no haber seguido la lógica más elemental y estudiado precisamente ahí. Pero bueno, como algunos recordarán el año en que salimos de la prepa fue justamente el de la huelga. Y como no tenía paciencia en ese momento y mis jefes sugirieron que me fuera al Tec, no lo pensé demasiado y accedí.



En fin, al menos puedo decir que vi al demonio de frente, en ese semillero de gente pedante y con "ADN emprendedor". Bullshit over and over and over. Pero bueno, al menos salí ileso (yo y algunos otros, tampoco es que todos compren completamente lo que ahí venden).
En fin, cuando dejé de irle a las chivas (ya que el dueño es íntimo de martha sahagún, nada menos), la opción obvia era y sigue siendo los Pumas, aunque muchos lo vean con escepticismo: tengo a la Universidad tatuada en el corazón desde muchísimo antes de pensar siquiera en una carrera profesional. Desde los 9 años para ser preciso.

Aunado a todo lo anterior, siempre me ha encantado el campus, el estilo de edificios sólidos y con mucha piedra volcánica (y no sé cómo mucha gente puede defender los edificios del Tec que en mi humilde opinión siempre han sido HORROROSOS), la inmensa cantidad de áreas verdes, y en general el aura que todo lo envuelve, en particular la zona de institutos y el Centro Cultural Universitario, que son las zonas más cercanas a mi casa y las menos concurridas, o sea mis favoritas. (Muy casualmente, en la mañana hojeando una revista di con un artículo que hablaba justamente de la UNAM, cuya extensión es si mal no recuerdo de 720 hectáreas).











Bueno, después de este largo prólogo, resulta que el martes acompañé a Rubén a llevar al pobre Lorenzo a consulta. Visita infructuosa, por cierto, ya que le terminaron dando cita hasta la próxima semana. Pero resultó que el mal inicio no reflejó en lo absoluto el balance final del día. Una no tan rápida visita al edificio de Ciencias Atmosféricas que dejó boquiabierto a Rubén y ojicerrado a Lorz (pobrecillo, tiene una infección en el ojo, que por cierto nada tiene que ver con el CCA), con compañía siempre grata. Y un acompañamiento musical que, aunque no demasiado inspirado, al menos rompió con la monotonía del silencio.


De ahí, nuestro camino nos guió hasta la tienda UNAM, donde por inverosímil que parezca, no venden ni una gota de alcohol. Es que los universitarios son gente muy sana (ajá).
Como ya pasaba del mediodía, ya era oficial: era hora de tomar. O al menos en la torcida mente de Ruyabar aunque acepto que yo flojito y cooperando.




Ya con cuba en mano, pensamos en darle un giro al acostumbrado paseo por Ave Dos, porque siempre que vamos a patinar terminamos justamente ahí. Recordábamos vagamente la existecia de un vivero exterior, al cual no habíamos ido en por lo menos 15 años.

Desde la entrada sabía que algo especial nos esperaba, un lugar medio desierto y bastante exótico para los parámetros del chilango. Áreas verdes que se extendían hasta donde alcanzaba la vista, fuentes, jardines y los cactos más grandes que he visto jamás.



Seguimos caminando hasta toparnos con la Unidad de Seminarios no-sé-quién-chingados. Creo que nunca se me ha antojado más ser multimillonario y tener un jardín como el que tienen esos cabrones. Impecable, inmenso, en medio de la nada. Un lugar idílico y que seguramente aparecerá de forma recurrente en mis sueños. No pongo fotos de dicho jardín porque es algo que tienen que presenciar.


Luego de caminar bastante fuimos al Centro Cultural Universitario, para ver el progreso del MUAC. La verdad es que por fuera se sigue viendo igual que hace 3 meses, pero ya pusieron un cartel que anuncia su próxima inauguración. Sospecho que ya no me va a tocar verlo abierto lo cual es un poco triste. Pero como sea, está muy mamón.


Nuestra siguiente escala fue la cafetería de Arquitectura, donde me llamó la atención lo fresa que se puso, con pizarras electrónicas y toda la mamada. Excelentes molletes a precios bastante decentes. La sobremesa fue un pequeño paseo por el borde de las islas, donde decidimos in situ que no era mala idea entrar al MUCA a ver la exposición Las Implicaciones de la Imagen.

Qué chingona, la cantidad de cosas que se pueden hacer en la UNAM, y sin quedarse con la impresión de que a uno le quieren bajar la lana a la menor provocación. Y mejor aún, redescubrir esos lugares tan especiales cuando uno creía haberlo visto todo.

Y no sé, tal vez no haber estudiado ahí me hizo valorarla más ahora. Definitivamente, tengo un crush con la UNAM.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr. Don:

Que le puedo decir, después de leer un poco de su blog me vienen a la mente un sin fin de momentos que pasaron y que hubiera desado que sucedieran, pero de alguna manera me siento identificado en ellos y específicamente después de leer el ultimo, solo puedo decirle que las cosas pasan por algo y estoy completamente convencido de ello, así pues, no importa que paso o que no, lo importante es agradecer la oportunidad de haber estado en ese momento y punto. Sin mas por el momento le mando un abrazo y nos vemos el sábado para debrayar y disfrutar de el momento. Después de eso.... todo puede pasar. Saludos.
Atte Eduardo

Elentary dijo...

Aqui esta uno de los artefactos que le gustaron a Rubén:
http://www.atmosfera.cl/IMAGENES/temas/INSTRUMENTACION/14.jpg

Anónimo dijo...

Hola di con tu blog buscando una imagen para 'ilustrar' un post sobre la convocatoria de la UNAM, tomé la imagen del espacio escultórico, espero no te importe, si hay alguna objeción me dices y la quito :-)

Yo estoy feliz de ser Unamita, ahora que estoy dentro veo la DIFERENCIA entre la formación en educación superior que da la UNAM y el resto de las instalaicones de formación 'empresarial' o 'emprendedora' (coincido contigo: BS).
La UNAM es La Opción, y me alegra muchísimo haberla tomado. También es una delicia cultural y de esparcimiento, todos los sitios que mencionas y los que te quedaron por visitar y aprovechar, además están todas las ofertas de seminarios, conferecias y un ilimitado: 'etc.' a la sque se puede asistir en cualquiera de las facultades e institutos de investigación y/o posgrado.
Goya!

http://lumosfera.blogspot.com/
PD y también terminé optando en fut por los PUMAS.