viernes, 31 de octubre de 2008

Algo terrorífico

No podía faltar. Las típicas fiestas de disfraces en las que los ganosos se distinguen de los apáticos. O tal vez ni siquiera depende de eso. Quizás quienes se disfrazan simplemente tratan de experimentar si el estar con un atuendo poco habitual cambia en algo la percepción de la velada. Lo cual es francamente improbable pues una vez que pasan los 20 minutos de intercambio de novedosos y estrafalarios sombreros y demás accesorios (que en situaciones normales NADIE se atrevería a ponerse), los disfraces resultan más un estorbo que otra cosa. Malas noticias: no es suficiente.

Intentaba hacer memoria hace un rato, y francamente no recuerdo muchas fiestas de disfraces a las que haya ido disfrazado. La última, hace un par de años, hizo que perdiera la fe en esas competencias de disfraces. Yo iba con un súper disfraz de Bam Bam , con garrote y toda la cosa, pero a todos se les hizo mejor un disfraz del imbécil de fox (i.e. traje, corbata, hebilla de papel y bigote postizo). Yo pensaba que se premiaba la originalidad del disfraz, no la capacidad de soportar la humillación del mismo. De haberlo sabido antes, hubiera buscado una sotana...

Fuera de esa mala experiencia, el esfuerzo se reducía a ponerme la máscara de Scream, que al principio era una novedad pero en años más recientes hasta en los semáforos las venden. Y por supuesto nunca duraba más que los primeros 10 minutos con esa cosa porque uno siempre cree que con llegar disfrazado es más que suficiente.

Por todo lo anterior, no puedo negarlo: soy uno de los apáticos. Y aclaro que no fui a ninguna fiesta temática. La verdad me dan más hueva que otra cosa. Salí al unipub (aquel lugar donde salí cuando estaba recién desempacado, en donde un ovni raptó a mis amigos), donde hubo algunas cosas rescatables como la cerveza gratis por un rato. Cosas no tan rescatables, como los adelantos de la amiga de una amiga, "ecantada" con la leyenda de mi playera ("An awkward morning beats a boring night"), ¿o debería decir con lo que había debajo de la playera más bien?
La verdad es que la música es menos que inspiradora. En cierto modo, sin embargo, sí estuvo ad hoc con la ocasión. Da miedo.

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