Hoy es uno de esos días...
Amaneció nublado como un mal augurio. Pensar que es una semana de vacaciones sólo hace que sea todo más deprimente. A mí me da lo mismo.
Volví a mi cama. Dormí pésimo. Confirmé una vez más que el tequila es asqueroso y me da acidez. Perdí en shoota. No hice mi ejercicio. Ayer sería un día para el olvido si no fuera por esa parrillada argentina.
Y hoy pinta bastante mal. No tengo ganas de nada más que de salirme de aquí y distraerme de alguna manera. Pero antes de que eso pase, siento el deber de dejar constancia de este momento de nefastez.
Estaba reflexionando. Unas fotos despertaron mi curiosidad. ¿Qué tan bueno es aferrarse al pasado? ¿No será nuestra obsesión por intentar revivir nuestros momentos más felices, una y otra vez, una de las principales fuentes de la infelicidad?
La memoria es muy mañosa; olvidamos con demasiada facilidad lo malo e idealizamos lo bueno. Y como siempre quisiéramos emular cuando estábamos mejor, por contraste nos parece patético cualquier otro estado. Entonces pensamos que "todo tiempo pasado fue mejor". Qué injustos somos con nosotros mismos.
Hoy es uno de esos días...
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