martes, 2 de septiembre de 2008

Un año más...

Sí, aunque tengo la ventaja de tener un par de semanas para asimilar el cambio de dígito (por aquello de mis 2 fechas de nacimiento...), y ahora incluso 15 horas adicionales.
Es la ventaja de que el cumpleaños caiga en fin de semana, y de no tener clases más que 2 días por semana: te da tiempo de pensar y reflexionar. Y el cumpleaños siempre es un buen momento, sí, a veces nostálgico pero positivamente introspectivo. Yo pensé en todo lo que pasó en este año, empezando por el mismísimo día en que cumplí oficialmente 26. Recuerdo muy bien ese día porque trabajé hasta tarde y alguien descubrió que era mi cumpleaños, cuando yo lo evitaba a toda costa. En fin, de ahí en adelante ha habido de todo: sorpresas agradables y desagradables, drama, un guión digno de 4 telenovelas simultáneas, vigorexia, frustación, mucha alegría, música, rencuentros, descubrimientos, bastantes viajes y bueno, hasta un poco de locura. Haciendo el inevitable balance, creo que ha sido uno de los mejores años de mi vida, si no el que más. Un año que me enseñó muchas lecciones invaluables, y que en unas ocasiones a base de lágrimas y en otras carcajadas, me enseñó las cosas maravillosas que hay en todas partes; lo bueno se aprecia conociendo lo malo. Y aquellas 3 palabras nunca fueron más ciertas: todo es relativo.
Ayer inició otro conteo, con un reto muy claro: superar con creces lo vivido el año anterior, y terminar mejor que como empecé. Sé que será difícil, pero confío en que se puede. Por lo pronto, les puedo decir que mi cumpleaños de acá no lo olvidaré nunca.
PS: Muchas gracias a todos quienes implícita o explícitamente, de una forma u otra,me hicieron llegar sus felicitaciones, en verdad lo agradezco. Hoy hay oferta: besos y abrazos para todos (ojo: no se atasquen, cada quién sabe cuánto le corresponde...)
Hoy, mañana y siempre será un orgullo seguir siendo quien soy. Con todas sus implicaciones.

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