Ustedes se preguntarán por qué la sequía de actualizaciones de este blog tan chingón. Y la respuesta es simple: no hay nada nuevo que cumpla con mis estándares de calidad. Y qué curioso, estar escribiendo esta sarta de pendejadas de relleno justo para justificar mi falta de creatividad. ¿O será un exceso de severidad en mi juicio sobre lo que escribo? Como sea, tengo archivados un par de posts que creo que nunca verán la luz del día por sosos. O podría mejorarlos y hacerlos publicables, pero entonces sería como escribir algo completamente nuevo...
What-fucking-ever.
Lo único que quería decir es que en últimas fechas he experimentado con la terapia de inversión. Y no, si se lo estaban preguntando, no constiste en volverse puto unos minutos al día (qué pinche asco), sino quedarse colgado de cabeza durante períodos que van desde 5 minutos hasta media hora.
Todo comenzó gracias al legado del árabe Chiky y mi oportunismo ya que siempre les tuve ganas a sus gravity boots. Y como obvio no se las iba a llevar a mendigar a Vancouver, terminó por regalármelas. La verdad dudo que haya sido un gesto de generosidad; más bien sospecho que fue para que lo dejara de chingar y ya.
Como sea, ahora soy el orgulloso poseedor de las mentadas (mal llamadas) botas. Y aparte de echar la hueva viendo todo al revés, se pueden hacer unas abdominales ultra-difíciles, no aptas para aguados ni huevones. Como beneficios de esta terapia se menciona el alivio de dolor de espalda, mejoramiento de la circulación, mayor oxigenación al cerebro y mejor postura. Yo no puedo decirles si funciona: no sufro dolores de espalda ni tengo várices ni estoy jorobado. Pero se siente muy cagado.
1 comentario:
Sí están divertidas las "botas" esas.
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