lunes, 11 de agosto de 2008

AFK-4446

Al menos una de las cuentas que tenía pendientes quedó saldada. Después de muchos años, finalmente se presentó la oportunidad de ver aquella vieja película de George Lucas llamada THX 1138.



No se apuren ni se extrañen si nunca han oído hablar de ella, supongo que no es precisamente lo más conocido de este cabrón, luego de hacer esas madres de Star Wars. Este fue su primer largometraje, producida ni más ni menos que por su mentor Francis Ford Coppola (sí, el de la saga aquella de mafiosos, cómo se llamaba???). Habiendo dicho eso, entenderán por qué un atascado como un servidor podría interesarse en verla. Bueno, por eso y por el hecho de que no había absolutamente nada que hacer un sábado en la noche que no involucrara ir a gastar 40 dólares en unas cuantas cervezas escuchando música chafa... triste en verdad.
La sede resultó espectacular, el National Film and Sound Archive, o Arc para los cuates, que vendría siendo como la Cineteca de por acá. Bastante más snob, por supuesto.

Curiosamente, dicho lugar queda justo enfrente (a no más de 50 metros) del lugar donde tomo mis clases (un edificio de posgrado llamado Sir Roland Wilson). Y por más que hubiera pasado por ahí por lo menos unas 15 veces, nunca lo hice de noche, y al llegar ahí ese día me quedé boquiabierto: desde la lejanía se apreciaba un espectáculo de luces multicolor, en perfecta armonía con la sobria pero elegante arquitectura del lugar. Lamento no poder ofrecer una foto, pero justamente esa noche olvidé mi celular... pero aquí está de día, y con un poco de imaginación podrán compartir la imagen conmigo:


Al fin tengo de nuevo una credencial de estudiante, que muchas veces me hubiera servido en México. Pero no hace tanta diferencia, porque te atoran de todos modos. La tarifa de estudiante era la bicoca de 8 dólares...

Sin más, entré, una sala bastante grande (y bastante más cómoda que la de la Cineteca, que parece haber sido diseñada para personas de 1.50 m o menos), y una asistencia mucho mayor a la que hubiera imaginado. Aunque si lo pienso, es George Lucas, y eso vende lo que sea. Hasta yo compré.
Hasta una breve introducción nos ofrecieron (lo cual explicó que hubiera un tipo sentado en la esquina de la primera fila unos minutos antes del inicio), blablabla a visionary film blablabla revolutionary blablabla we apologise for not having the 35 mm version (not that I gave a fuck either)...

Un inicio bastante interesante, innegablemente setentero, con un sentido del humor ácido que me cautivó, a pesar de estar presente sólo a cuentagotas. Un tema futurista, ubicado en el s.XXV, que confirma la aparente ingenuidad de quienes se atrevieron a predecir cómo sería el futuro lejano. Y que si uno no se quita todo ese bagaje cultural, podría ver como una avalancha de clichés. Y no es que no lo sea, simplemente no es una avalancha, es más como una llovizna.

Efectivamente, tampoco es que Lucas sea el Hitchcock de la ciencia ficción. Acude al muy replicado ambiente (1984 fue publlicado 22 años antes) de la sociedad-súper-autoritaria-cero-privacidad. El héroe capaz de ver más allá de las normas sociales, que se rebela y arma un desmadre. En ese sentido, nada nuevo bajo el sol. La gracia de todo esto radica en la estética de la ambientación, un "minimalismo atascado" à la redneck.

Sea como sea, una película interesante pero ohhh sorpresa, en ese momento me di cuenta de que mi sesión de sauna de hacía un rato no fue la mejor idea. Me avergüenza decirlo, pero confieso que hubo algunos lapsos de la película en los que me fue imposible mantener los ojos abiertos. Digo, tampoco es que me perdiera demasiado.

Definitivamente, lo que se llevó la película fue la burla que hace de los confesionarios, donde una gran imagen de cristo en acetato (justo como la de abajo) se encendía al entrar, y una voz totalmente robotizada asentía con indiferencia cada determinado tiempo: yes... yes, I understand ...yes, I see... could you be more...specific? Y todavía ves a los pobres cabrones desahogándose y esperando ser escuchados por esa ridícula grabación jajaja. En eso sí se quedaron cortos los visionarios. Apenas vamos en el siglo XXI y ya resulta aún más ridículo. (Las máquinas estas al menos no violan niños.)

Un botón más como muestra de la tendencia deshumanizadora, que es hacia donde parecen apuntar todas las hipótesis sobre cómo irá a ser el futuro. Al principio víctimas y luego cómplices de normas y reglas y leyes y prejuicios que resultan abrumadores para el espíritu libre. Y cámaras en todos lados porque parece que el control (y el inminente voyeurismo público) sobre la gente es lo único capaz de excitar a la muy jariosa derecha (aparte de ir a confesarse por supuesto). Y en muchas partes parece que resultaría un poco innecesario, pues la gente ya se comporta como robots...

Pero eso es tema suficiente para otra ocasión...

The future is here!

¿Será que dejamos al presente atrás y ni cuenta nos dimos?

Madres...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Rocco futúros....sigo pensando en lo que hablamos el otro día...de alguna manera tienes toda la razón...."tu pensaste que ibas de turista y pasartela bien..." de alguna manera tuvo efecto en mí...danke

Anónimo dijo...

Es en estos momentos donde uno extraña lo barato que puede ser el tercer mundo. Yo renté esa película, original, por 15 pesos.
¡Qué barato!