viernes, 16 de enero de 2009

Du, levande

Esta ha sido definitivamente una semana para el olvido: el calor está insoportable llegando casi a 40 grados, desilusión, aburrimiento y básicamente una increíble impaciencia que sólo se verá mitigada cuando por fin me vaya al australian open en una semana, y de ahí, a comer tacos como enfermo. Todos han abandonado esta ciudad, y la verdad es que no los culpo. De hecho, me da envidia. No tengo razones para estar aquí, necesito mi cama, necesito dejar de pensar. Y lo lamento mucho, pero no tengo nada que contar esta vez, aparte del hecho de estar muerto de aburrimiento. ¿Lo bueno? Tiempos mejores vendrán, y muy pronto. Y con ellos, más material sobre el cual escribir. No nos desesperemos...

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