jueves, 18 de diciembre de 2008

Mors est quies viatoris. Finis est omnis laboris

De vuelta en mi hogar del hemisferio austral, las cosas ya no son iguales. Y no volverán a serlo. Ya no soy el mismo de antes.

Podría contar una cosa o dos sobre los lugares que he podido visitar, pero creo que no tendría caso. Una persona con la que viajaba me contó que no le gustaba la idea de ir a los lugares simplemente para ir palomeando una lista, para poder decir que ya había estado. No pude evitar reír un poco, por supuesto, recordando verla tomando fotos, como loca, de absolutamente todo. Y es que en cierto modo, a veces eso es justo lo que hacemos, bastante pretenciosamente por cierto: querer capturar una experiencia a través de una cámara. A veces parecemos más preocupados por tener la foto perfecta que por capturar la imagen en nuestra mente y nuestra memoria. Por cierto, he comprobado que hay personas a las que simplemente no se les da eso de la fotografía y que una cámara point-and-shoot (en el modo automático) es todo lo que necesitan para pasar un buen momento. El tipo de gente para la cual la calidad de una foto se mide en megapíxeles y no en pulsaciones por minuto...

No les extrañe que no sea un gran fanático de las fotos en las que salgo yo; es simplemente que me cuesta demasiado delegar ese tipo de responsabilidades a personas que tienen una idea demasiado rudimentaria de lo que una buena fotografía debe ser. Y como los resultados son pocas veces satisfactorios, tendré que omitirlos de este sagrado lugar. Confórmense entonces con mis propias fotos. Y no se atrevan a pedir mucho, porque mi cámara es viejita y medio chafa (aunque al menos no cabe en el bolsillo, lo cual en mi opinión es una buena señal).




Creo que el encanto de visitar un lugar no reside en el lugar en sí, sino en lo que dicho lugar puede hacernos sentir y pensar. ¿Turismo emotivo? Sí, algo así, pero usando otras palabras que no suenen tan cheesey.

Por lo pronto, yo ya palomeé algo que ni siquiera estaba en mi lista: me salió una lágrima de felicidad al ver un paisaje. ¿El responsable? Un tal Mount Cook...


1 comentario:

Elentary dijo...

La foto de la Montaña esta increible, capta muy bien esa sensación que seguro tuviste.