martes, 26 de febrero de 2008

Mhhh...

Caray, tanto tiempo sin escribir sobre nada, a uno se le atrofia un poco el cerebro. Justo hace 5 minutos estaba viendo el blog de la Milo y pensé: por qué yo no? al menos quiero pensar que puede ser un pequeño paso alejándome de la desidia de costumbre (¿o será sólo un pretexto para no hacer mi rutina de hoy?). Anyways, siempre que leo cosas que escribí en otras etapas de mi vida me impresiono, es como si de unos años para acá las hojas de cálculo de excel y los números y más números con los que he tenido contacto me hubieran transformado en alguien completamente distinto. Sí, poco a poco comienzo a recordar, antes me encantaba leer, me obsesionaba un poco, devoraba libros, revistas, manuales, carajo, hasta el bote de crema para manos. Incluso escribía en un pequeño cuaderno algunas entradas esporádicas de lo que me iba pasando. Y ahora? es curioso pero entre más tiempo libre tengo, menos hago las cosas que en algún momento me llenaban. Será que ya no me llenan? O será que me he vuelto demasiado indolente con todo como para que me importe? En fin, sigo obsesionado con la buena ortografía y con nunca tener errores de dedo, aunque de redactor me queda muy poco. Pero eso es irrelevante (algunos que me conocen sabrán que me encanta esa palabra) por ahora pues mi única intención por ahora era justmente escribir cualquier trivialidad para que al menos mi recién nacido blog no esté completamente desnudo. De cualquier manera, queda constancia de que hoy, 25 de febrero, me decidí a crear este espacio, coincidiendo de modo totalmente incidental con el nacimiento de mi sobrina Palomita (bueno eso fue ayer pero suficientemente cerca, no?). Por cierto y ya para terminar, algo extraño pasó cuando la estaba viendo a través del vidrio de maternidad: por un instante volteó hacia arriba (al menos el biberón dejó de importarle por unos cuantos segundos) y vio, por primera vez, a su emocionado tío. Algo indescriptible pasó en mí, pero no pude evitar llenar los ojos de lágrimas. Supongo que ahora entiendo todo ese alboroto de los que son padres por primera vez, y toda la parafernalia que rodea al esperadísimo suceso (i.e. baby shower, la compra de la carreola, ropita, cunita y todo eso). No niego que por primera vez en la vida sentí algo parecido a ganas de tener un hijo...